El proyecto ‘Guardianas de la Selva’ en Río de Janeiro es un testimonio inspirador de cómo las comunidades locales, en particular las mujeres, están desempeñando un papel crucial en la preservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Ana Márcia Rodrigues y sus compañeras son un ejemplo admirable. Se puede ver cómo la pasión y el esfuerzo pueden transformar un área que antes era un vertedero en un hermoso jardín de plantas autóctonas y medicinales. Este proyecto demuestra la importancia de la participación comunitaria en la conservación de la biodiversidad y la restauración de los ecosistemas.
Río de Janeiro, una ciudad que coexiste con la exuberante selva de la Mata Atlántica. Se enfrenta al desafío de equilibrar el crecimiento urbano con la conservación del medioambiente. La deforestación, la expansión de las favelas y la construcción en áreas de riesgo han creado una tensión entre la necesidad de viviendas y la preservación de la naturaleza. Las Guardianas de la Selva desempeñan una tarea muy importante. Ellas garantizan la protección de estas áreas, asegurándose de que no se construyan ilegalmente en terrenos forestales.
Un aspecto destacado de este proyecto es su enfoque en la igualdad de género y la capacitación de las mujeres en cuestiones ambientales. La participación de las mujeres en la preservación de la selva no solo tiene un impacto positivo en el entorno. También fortalece la autoestima y el empoderamiento de estas mujeres.
El proyecto también destaca la importancia de la colaboración y el diálogo entre las comunidades locales y las instituciones públicas. Para abordar problemas ambientales en las favelas, es fundamental que las soluciones sean sensibles a las necesidades y perspectivas de las personas que viven en estas áreas. La participación de la comunidad local puede ayudar a encontrar soluciones efectivas y sostenibles.
El programa se centra en objetivos clave como la prevención de construcciones ilegales y la gestión adecuada de los residuos, pero va más allá de estos propósitos. Un ejemplo ilustrativo es el caso de Alexandra Roque. Residente de la favela de Providência, ubicada en el corazón de la ciudad de Río de Janeiro. Hace décadas, al llegar a este lugar, Alexandra se estableció en un terreno que antes era un baldío situado a los pies de una colina. Para estabilizar el terreno inclinado frente a su hogar, utilizó restos de sofás y camas que encontraba en el vertedero cercano. El paisaje resultante es ahora un oasis de vegetación en medio del entorno urbano, que además sirve como un centro comunitario informal. Con la colaboración de otra compañera, Lene Silva, Alexandra cultiva una amplia variedad de plantas aromáticas, frutas y verduras, así como cultivos como café, algodón, achiote y canela.
Alexandra desempeña un papel activo en su comunidad al ofrecer clases de refuerzo a los niños del barrio y cursos para mujeres. Además, promueve la importancia del reciclaje y la adopción de prácticas sostenibles, como el uso de baños secos. Durante la pandemia, comenzó a fabricar jabón natural y ha distribuido aproximadamente 27,000 litros de este producto entre las residentes de la favela. Quienes valoran su receta de manera significativa.
El caso de Alexandra Roque destaca cómo el programa no solo se enfoca en la protección del entorno y la promoción de prácticas sostenibles, sino que también empodera a las mujeres en estas comunidades, brindándoles la oportunidad de liderar iniciativas ambientales y contribuir al bienestar de sus vecinos.
En un momento en el que la reducción de la huella de carbono es crucial para abordar el cambio climático. Proyectos como este demuestran cómo las comunidades locales pueden contribuir significativamente a la conservación de los ecosistemas. Con su acción, pueden mitigar los impactos ambientales. La preservación de la biodiversidad y la restauración de los ecosistemas no solo son esenciales para el bienestar de la comunidad. También tienen un impacto positivo en la lucha contra el cambio climático a nivel local y global. Las Guardianas de la Selva son un ejemplo inspirador de cómo las acciones a nivel comunitario pueden marcar la diferencia en la construcción de un futuro más sostenible y resiliente.
Desde Huella de Carbono Online pensamos que además de las contribuciones valiosas que las comunidades locales y los programas como ‘Guardianas de la Selva’ pueden hacer para preservar el medio ambiente y reducir la huella de carbono, las empresas también pueden desempeñar un papel esencial en esta causa.
Las empresas pueden participar en programas de reforestación, ya sea a nivel local o global. Esto no solo ayuda a compensar las emisiones de carbono, sino que también restaura ecosistemas naturales y promueve la biodiversidad. También pueden revisar sus procesos de producción para minimizar el desperdicio, el uso de recursos naturales y la generación de residuos. La implementación de prácticas de producción más limpias y eficientes puede reducir significativamente la huella de carbono.
De este modo, desde Huella de Carbono Online podemos ayudar a las empresas a lograr estos objetivos mediante los diferentes servicios que ofrecemos. Ayudamos a calcular la huella de carbono y de esta manera recomendamos estrategias para poder reducirla y así tener un menor impacto medioambiental.