La sostenibilidad es uno de los grandes retos de nuestro tiempo. En este contexto, los envases y objetos comestibles han emergido como una solución innovadora y prometedora para reducir el impacto ambiental asociado al uso excesivo de plásticos y otros materiales no biodegradables. Estos productos no solo cumplen su función de contención y protección de alimentos, sino que también son seguros para el consumo humano, lo que permite reducir residuos y avanzar hacia una economía circular.
Los envases comestibles consisten en recipientes o coberturas que utilizan ingredientes naturales aptos para el consumo humano. A menudo, incorporan materiales de origen vegetal, como almidón, algas o cereales, o animal, como proteínas lácteas o de pescado. Están diseñados para contener alimentos o líquidos y cumplen las mismas funciones que los envases tradicionales, pero ofrecen la ventaja adicional de que se pueden ingerir después de su uso.
Por otro lado, también existen objetos comestibles, como cucharas, pajitas, platos y vasos hechos de materiales como harina, chocolate o azúcar. Estos son ideales para eventos y catering, eliminando completamente la generación de residuos.